miércoles, 27 de junio de 2012

Bloque 2: actividad


ACTIVIDAD BLOQUE 2: ADAPTACIÓN DE UN CUENTO:

Había una vez una niña muy guapa muy guapa muy guapa y muy buena muy buena muy buena muy buena que se llamaba Lucrecia.
Lucrecia tenía el pelo largo y vivía con sus padres porque era imposible independizarse con tanta crisis que había.
Un día la mamá de Lucrecia le dijo, mira pequeña Lu, la abuelita se ha puesto enferma, te he preparado esta cestita para que se la lleves a mi querida suegrita. Pero en el camino, mi pequeña y queridísima Luuuuu¡¡¡no hables con desconocidos!!!  (quería decir inmigrantes pero no quería parecer racista por eso dijo desconocidos, aunque con ganas se quedó…de ser racista digo).
Lucrecia iba cantando por el camino, la lará larita soy la Lucrecita…la lará larota soy la Lucreciota…cuando de repenté se encontró con un  hombre vestido de negro muy extraño que bajaba de un coche con un  cártel que rezaba “El cobrador del frac”, Lucrecita se asustó pero poco porque era un tanto fresca y el hombre le dijo:
-Buenos días Lucrecita,¿ dónde vas tú tan bonita?
-Voy a casa de mi abuelita a llevarle esta cestita.
El del frac, que llevaba sin cobrar miles de semanas, se le hicieron los ojos chiribitas, y entonces pensó un malvado plan. Se despidió de Lucrecita y comenzó a ejecutarlo (el plan malvado).
Mientras Lucrecita se metió en el metro y por los pasillos iba cantando…la lará larita soy la Lucrecita…la lará larota soy la Lucreciota….y así sin parar hasta que llegó a Tetuán ( parada) y se bajó ahí mismo sin pensarlo.
Cuando llegó a casa de la abu tocó el telefonillo y se oyó una voz más sonora de lo normal, Lucrecia pensó, ains mi abu qué malita está.
Cuando abrió la puerta Lucrecita le dijo:
-Abu abu qué ojos tan grandes tienes.
-Sí querida nieta, son para verte mejor.
-Abu Abu…que orejas tan grandes tienes.
-Son para escucharte a ti y a la tele novela mejor.
-Abu Abu…que boca tan grande tienes.


-Es…para…
Y en ese momento interrumpió la tierna escena un policía que venía buscando a la abuelita para desahuciarla por impago (de hipoteca se supone).
Y claro…el cobrador del frac salió pitando de la casa, y ni comió cestita ni cobró paguita, que se quedó de nuevo a dos velitas.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado…y colorín colorete por la chimenea se escapa un cohete!!!

1 comentario:

  1. Bueno... lo tomaré como adaptación de Caperucita aunque el cuento era otro... perfecto.

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