ACTIVIDAD
BLOQUE 5:
-Creación
en Verso:
Mentes van sin rumbo
Llegan quizás de
algún otro posible mundo
Mueven sus alas sin
viento
Aunque saben que lo
hacen perfecto
Tiemblan
Tiemblan de nuevo
Quizás por un
antiguo miedo
Que se fue con ellos
A un lugar secreto
Del que volverán a
venir
Sin miedo.
-Creación
en Prosa:
“Quedaron en la
esquina del bar, en el sitio donde años antes solían verse, mirarse más bien,
porque ahora ya no se veían de igual modo.
Quedaron en el sitio
dónde tantas veces habían llorado juntos y nunca más volverían a hacerlo…”
En ese mismo
instante cerré la página, no estaba yo para leer penurias, justamente aquel día.
Bajé las escaleras deprisa muy deprisa, todo lo que mis piernas me dejaron,
salí a la puerta de casa y fumé, sin parar hasta asfixiarme, pensé que si me
asfixiaba de verdad no tendría que enfrentarme a nada…pero uno nunca muere
cuando quiere. Subí a casa y me metí en la ducha, no tenía fuerzas para cantar,
ojalá al menos hubiera gritado, así de una vez por todas mis vecinos hubieran
pensado que alguien vivía debajo de sus cabezas.
Y salí de nuevo. La
calle ardía, mis pies parecían pegarse al asfalto y yo no quería andar más.
Sólo soñaba con detenerme, con no llegar nunca, con derretirme en el asfalto.
Habían llamado a las
tres pero mi reloj no se había parado, seguía andando con descaro, empeñado en
seguir el curso de su tiempo porque el mío hacía mucho que había muerto,
incluso antes de las tres.
Nunca hubiera
imaginado que podría estar así, cerca del infierno de pie y sin lágrimas, con
la determinada determinación de morir allí para siempre. Hubiera deseado que
cayera la maldita teja que te dicen de pequeño que se te puede caer encima y
matarte, ¡mentira! , las tejas de la infancia nunca se caen, al menos no cuando
ya has pasado los cuarenta. Recordé cuando desayunábamos juntos y fumábamos a
escondidas haciéndonos los mayores mientras dormíamos nuestros deseos en el
café, precisamente de la esquina; este recuerdo tampoco llegó a despertarme de
mi infierno. Me había instalado ahí y nada ni nadie podría desinstalarme,
tampoco creo que nadie estuviera dispuesto a hacerlo, más aún ahora, después de
las tres.
El hombre de mi vida
había muerto y yo quería morir con él para siempre, sin crónica de muerte
anunciada, sin penas de vacíos interiores, sin glorias que contar en las
tertulias, sin ruidos que callar, sin temores que esconder, sin ansias de pasar
a la otra orilla, sin música de acompañamiento, sin marcha nupcial de ningún
Haendel, sin escritos profanos y divinos, sin cartas boca abajo, sin angustias
brindadas….simplemente muerto, muerto quizás para siempre.
-Creación
en Drama:
(Salón de casa. Mesa
camilla)
El abuelo, la abuela
y la nieta.
-Este juego del tute
me cansa Teodora.
-A mi me encanta
Albino.
(siguen jugando)
La nieta piensa
mientras tanto que necesita que dejen de jugar para encender la tele y en ese
mismo instante el abuelo se dirige a ella.
-Bueno mi Laura, que
triste te veo, esta varicela acabará por matarte de la pena, y eso no lo puedo
consentir yo.
La abuela con sus
suaves y viejas manos se acerca a la nieta y le dice al oído:
-Pídele que te
cuente sus cosas, las de cuando era niño.
La nieta se levanta
y le dice al oído:
-Abuelo por favor
cuéntame qué te pasó cuando eras como yo.
(Y así empezó mi
vida, bajo la mesa camilla y el brasero de mi pasado).
Perfecto.
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