Está claro que algo
estamos haciendo mal, porque si leer es algo interesante, bueno, relajante, y
un largo sin fin de calificativos positivos no es posible que leamos tan poco y
tan mal. ¿Qué está ocurriendo?
A veces se me ocurre
pensar que lo único que no tiene la lectura es que no está de moda, y quizás en
los tiempos que corren lo que no está de moda o no existe o no interesa, en
definitiva es como estar o no estar en el currículo.
Me parece que quien
quiera y pueda debe convertirse en un activo lector y hacer proselitismo que
cuando es para ofrecer algo bueno a los otros esta actividad es buena aunque
tenga mala fama (el proselitismo digo). D e alguna manera hay que conseguir que
se produzca el encuentro entre el lector y el libro, que cuanto más valioso sea
más fácil es dicho encuentro. De hecho quién tiene un buen libro tiene un
tesoro, algo menor que el de la amistad, pero no menos de los que se creen
algunos, y si más que muchos lastres que nos colgamos al cuello como si de
perlas se tratara.
A todo futuro lector
hay que sugerirles pistas y orientaciones sobre lo que nos ha ayudado a
nosotros y lo que leemos y nos hace mejores personas, que al fin y al cabo es
de lo que se trata. A la hora de leer resulta inevitable escoger, y a esto es a
lo que debemos ayudar. Y una lección, cuanto más pensada y claros criterios se
tenga mejor resultado obtenemos. Los criterios al final los pone uno mismo,
pero mientras no es posible hay que ser una buena fuente de consejos.
A mí me gustaría
formarme en esto para no ser un cafre aconsejando, y ser capaz de mostrar a mis
chicos libros que les aporten valores culturales, morales o estéticos…pero en
definitiva belleza en estado puro que con cosas feas no merece la pena perder
el escaso tiempo. Y después de aconsejar…retirarse que es lo que hacen los
buenos educadores.
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