martes, 26 de junio de 2012

Bloque III; teoría

LITERATURA ESPAÑOLA y CULTURA LITERARIA

Hasta la década de 1950 era habitual pensar que el comienzo de la literatura española se producía con la obre épica “El Cantar del Mío Cid” (siglo XII). Pero en 1948, Samuel Miklos Stem, un investigador húngaro, descubrió en antiguos manuscritos conservados en El Cairo, unas estrofas líricas en lengua romance aljamiada, denominadas Jarchas.
Las Jarchas datan del siglo XI; Son breves composiciones líricas de carácter amoroso, escritas en árabe vulgar, o en lengua romance de los cristianos que vivían en al-Ándalus (mozárabes).
Es importante hablar de la Edad Media para comprender los escritos de esta época. La Edad Media es el periodo histórico de la civilización occidental que abarca desde el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y finaliza en 1492 con el descubrimiento de América. Suele dividirse en Alta Edad Media (siglo V hasta siglo XV) y Baja Edad Media (siglo XI al XV). La E.M. se asienta sobre dos pilares que sustentan el pensamiento de esta época: la sociedad feudal y el pensamiento teocéntrico.
La sociedad medieval era una sociedad estamental, dividida en tres estamentos: los caballeros, los clérigos y los campesinos. Era una sociedad clasista. Los dos primeros estamentos eran privilegiados: estaban constituidos por una minoría de la población y gozaban de privilegios como no pagar impuestos, no trabajar y participar en los cargos más elevados. El resto de la población, la mayoría, eran no privilegiados.
Respecto a la literatura de este momento, cabe destacar la épica que es una narración heroica en verso. Sus orígenes datan del primer tercio del siglo XI. Las narraciones son de un gran interés para la sociedad del momento ya que cuentan en lengua romance historias protagonizadas por héroes que representan los valores de dicha sociedad, suelen centrarse en acontecimientos relevantes dentro de la historia de un pueblo, y estos héroes terminan por considerarse símbolos para ese pueblo.
El poema épico propiamente dicho se denomina “cantar de gesta”; se dice que son obras que pertenecen al mester de juglaría, pues eran transmitidos y recitados de memoria por los juglares que actuaban en las plazas de los pueblos y ciudades, en los castillos o en las estancias de la corte; sabían danzar, tocar instrumentos, recitar, realizar acrobacias. Los cantares de gesta se representaban con una apoyatura musical ante el público. Esta recitación pública pretendía entretener e informar al público sin propósito moralizante ni pedagógico (estos propósitos son propios del Mester de Clerecía)


Se han conservado muy pocos. Además del “Cantar del Mio Cid”, que se conserva casi por completo, se han conservado algunos fragmentos del “Cantar de Roncesvalles” y del “Cantar de las Mocedades de Rodrigo”.  
Algunas características de los cantares de gesta de la literatura española son:
-Su carácter anónimo.
-Su gran vitalidad, ya que sus temas pervivieron en la literatura posterior (Romancero, comedia nacional, drama neoclásico, romántico y moderno, en la lírica, en la novela...)
-Su realismo; se componen en fechas cercanas a los hechos que narran. 
Los cantares de gesta fueron tomados como documentos históricos en muchas ocasiones y fueron incluidos en crónicas medievales como la ”Estoria de España” o “Primera Crónica General” de Alfonso X; gracias a esto, algunos se han podido conservar parcialmente. 
También surge la lírica culta que refleja la sociedad feudal. Una pequeña isla es el folclore, la canción popular. La llamada lírica culta castellana es la poesía elaborada en las cortes de los reyes medievales por parte de los caballeros que vivían en ellas y que nos ha llegado a través de los cancioneros del siglo XV. Los grandes poetas cultos castellanos de esta época fueron López de Ayala, el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique.
Las características más sobresalientes de la lírica culta castellana son herencia de la lírica gallego-portuguesa: fundamentalmente la terminología métrica y la concepción del amor cortés.
Respecto al pensamiento teocéntrico, el otro pilar fundamental de este momento, decir que todo gira en torno a Dios. Dios es el centro del universo, todo fue creado por Él, es dirigido por Él y no existe ninguna razón más que el deseo de Dios sobre la voluntad humana. El teocentrismo abarca todo lo que existe, incluso la razón. Todo lo que se hace es para la gloria de Dios, por eso no importa dejar constancia de quién lo ha hecho, de ahí que haya tanto texto anónimo; esto va cambiando paulatinamente y en el siglo XIV-XV los textos van siendo firmados.
Quiero destacar, porque me parece la obra española más importante de este periodo (y del género épico), el “Cantar del Mio Cid”. La fecha de redacción del original se sitúa en torno al año 1200.                                         
                                                                                                     

El poema se divide en tres partes o cantares: Cantar del destierro, Cantar de las bodas y Cantar de la afrenta de Corpes.
  1. El primer cantar trata el destierro del Cid por Alfonso VI, a causa de ciertas intrigas cortesanas. Martín Antolínez logra de dos judíos un préstamo de seiscientos marcos para el Cid, para sus fieles y para mantener a su mujer e hijas en el monasterio de San Pedro de Cardeña. El Campeador conquista Castejón y Alcocer, poblaciones que devuelve a los moros a cambio de un rescate. Cierra el cantar un enfrentamiento con el conde de Barcelona.
  2. El segundo cantar se inicia con el asedio y conquista de Valencia. Álvar Fáñez lleva presentes al rey y le pide que consienta a doña Ximena y a sus hijas salir del monasterio para instalarse en Valencia. El rey Alfonso propone casar las hijas del Cid con Fernán y Diego, infantes de Carrión, a lo que éste accede. Se celebran vistas a orillas del Tajo y bodas con sus fiestas en Valencia.
  3. El cantar tercero se abre con el episodio del león, de carácter novelesco: mientras duerme el Cid, escapa de la red su león, causando el pánico entre los infantes de Carrión, que, tras confirmar su cobardía en la batalla contra el rey Búcar de Marruecos, deciden volver con sus mujeres a sus tierras palentinas. En el robledal de Corpes las golpean y abandonan, por considerarlas impropias de su condición social. El Cid recuerda al rey que, siendo él quien las casó, es suya la afrenta. Alfonso convoca Cortes en Toledo, donde el Cid recobra sus haberes y deja que Pero Bermúdez, Martín Antolínez y Muño Gustioz derroten, respectivamente, a los infantes Fernán y Diego y a su hermano, Asur González. Sus hijas recuperan la honra casándose con los infantes de Navarra y Aragón.
En el poema hay dos tramas que se cruzan:
-El tema del deshonor. Eje central de la obra, motivado por el injusto destierro del Cid; continua con el progresivo engrandecimiento del Cid mediante sus victorias y las riquezas que éstas le procuran y finalmente se describe la entrada triunfal del Cid en Valencia.

-Las bodas de las hijas del Cid y el injusto trato que éstas reciben por parte de los infantes de Carrión: esto motiva que el Cid obtenga la culminación de su honor. Finalmente las hijas del Cid se casan con los infantes de Navarra y Aragón.
Respecto a los aspectos formales de la obra, podemos hacer una breve alusión a la métrica y al estilo.
La métrica es irregular; la medida de los versos oscila entre 10 y 20 sílabas, aunque predominan los de 14,15,13, con hemistiquios de 6, 7, y 8 sílabas combinados preferentemente en 7+7, 7+8, y 6+7. Los versos están agrupados en series o tiradas que encierran una misma idea, cuya asonancia es más o menos continua. Suele cambiarse la asonancia cuando la narración da paso al discurso directo o viceversa y cuando se da una nueva escena o tema.
El estilo es emotivo, con pleonasmos (“llorando de los ojos”) que intensifican la expresión. El poeta ennoblece continuamente las cualidades de los personajes, dotándolos de virtudes excelentes mediante el epíteto épico (“el que en buen hora nació”, “el bueno de Vivar”), o de adjetivos caracterizadores, ponderativos o afectivos que se extienden no sólo al héroe sino también a su mujer, a su caballo,…en muchas partes de la obra, la forma de expresarse hace ver que el autor presupone un auditorio. Gran parte del vocabulario alude a prácticas legales, usos feudales, arte de guerra y ropajes…y sirve para dar a conocer costumbres y modos de vida. Se suele anteponer el artículo al adjetivo con lo que se le individualiza y se le atribuye la cualidad en exclusiva(“Castilla la gentil…”).Destaca la claridad, la simplicidad y a la vez la severa grandeza que el poeta da a la narración que discurre con viveza y dinamismo. La expresión adquiere una infinita gama de matices que van desde lo irónico a lo dramático.
Presenta al Cid como un hombre íntegro en un sentido cristiano, feudal y social. Esta integridad le proporciona la adhesión de sus vasallos y su generosidad y fidelidad le hacen recuperar el favor del Rey. Es un hombre tierno y humano en el amor a su familia y a sus amigos, religioso, cortés, discreto, también astuto y valiente en la lucha y en la vida.
El poema tiene un gran valor histórico, porque gran parte de los personajes y hechos que nos muestra están atestiguados históricamente.
Sin embargo, la intensa exaltación priva al texto de cierta imparcialidad y exactitud que, por otra parte, tampoco era buscada por el autor.
El realismo es otro valor añadido al Poema. Las batallas, los lugares geográficos descritos, las costumbres, vestidos, comida…aparecen descritos con fidelidad y con una base real.
No podemos olvidarnos, en nuestro breve recorrido por la literatura medieval de ALFONSO X EL SABIO y por tanto de la prosa medieval.
El comienzo de la prosa literaria se suele situar en el año 1251 con la traducción del árabe al castellano del “Calila e Dimna”, una colección de cuentos breves de origen oriental y de intención didáctica, cuyo título proviene de los nombres de dos lobos hermanos. Esta obra procede en gran parte de una célebre colección de cuentos indios titulados

 “Panchatantra”, de dónde pasó al árabe y de éste fue vertido al castellano a instancias de Alfonso X el Sabio, siendo éste aún infante en la escuela oficial de traductores de Toledo. También en la misma época se traduce el “Sendebar”, que es igualmente una colección de cuentos de origen oriental, que se traducen  al castellano por encargo del hermano de Alfonso X el Sabio, esta obra constituye una de las primeras manifestaciones de la literatura misógina, tan frecuente en la literatura posterior.
Alfonso X el Sabio fue un hombre importantísimo, en muchos aspectos. Su reinado fue un periodo de intensa actividad científica y literaria impulsada por él mismo. Reunió a un importante grupo de sabios hebreos, musulmanes, cristianos españoles, que, continuando la obra de traducción y compilación iniciada un siglo antes en la Escuela de Traductores de Toledo, realizaron una importantísima tarea de trasvase del saber oriental a Occidente. Dio tal impulso a la lengua castellana que la convirtió en lengua oficial, la usó en todos los documentos y en la redacción de sus obras históricas, jurídicas y científicas. Pero no sólo fue impulsor de la lengua castellana, sino, en gran parte, su creador. Fijó las grafías y amplió y flexibilizó la sintaxis con la creación de nuevas conjunciones que aportaron variados matices a la frase. Debido a los infinitos temas que trató, amplió , de modo significativo el vocabulario.
Tampoco podemos dejarnos en el tintero a GONZALO DE BERCEO y el Mester de Clerecía.
Frente al Mester de Juglaría, caracterizado por su contenido popular y la irregularidad métrica, surge en el siglo XIII una nueva escuela de carácter erudito: “El  Mester de Clerecía”, cultivado por clérigos, incluyéndose todo hombre culto y letrado que poseyera la educación latino-eclesiástica. El mester de clerecía no desplazó, sino que coexistió con el de Juglaría, sin confundirse. Mantuvo siempre su carácter peculiar. Algunos de los rasgos esenciales que definen el mester de clerecía es que sus poemas están escritos en estrofas de cuatro versos alejandrinos (de catorce sílabas, divididos por una censura en dos hemistiquios de siete) con una sola rima consonante(tetrástofo monorrimo); a diferencia de la habitual irregularidad métrica de las gestas, los poetas de clerecía respetan, con tenaz consonancia, su riguroso canon métrico(algunas imperfecciones en la medida de los versos se pueden atribuir a errores de los copistas).
Los autores de clerecía siguen la norma clásica del "enseñar deleitando" y pretenden educar, instruir, aleccionar, presentando unos protagonistas ejemplares que encarnan destacadas cualidades morales.
Cronológicamente el mester de clerecía se prolongó desde mediados del siglo XIII hasta finales del siglo XIV. Durante el primero de estos siglos se atuvo casi con absoluto rigor a los moldes métricos anteriormente descritos. Pero a partir del siglo XIV, aunque manteniéndose en sustancia dentro de ellos, abre las cerradas filas de sus tetrástofros para dar entrada a formas poéticas distintas de carácter lírico y metro más breve. Otras veces, por el contrario, aparecen versos de diez y seis sílabas - probablemente bajo el influjo de las formas épicas que tienden ya hacia el cauce definitivo del romance- o se encogen en cuartetas heptasílabas como resultado de separar los dos hemistiquios del alejandrino.
Otra característica esencial separa la clerecía de ambos siglos. Al primero de ellos corresponden obras anónimas - con la sola excepción de Berceo -, de carácter mucho más impersonal, más rígido y, literariamente, más "objetivo". El natural primitivismo no consiente todavía - salvo en corta medida - la proyección personal del escritor. Pero el siglo XIV contempla ya la aparición de grandes figuras literarias, y el mester de clerecía, pese a su innegable rigidez, acoge obras de inconfundible personalidad, a saber las del Arcipreste de Hita y López de Ayala .
Como figura esencial destacaría a Gonzalo de Berceo (1195-1264)

Berceo mismo, como otros escritores antiguos, se nombra en sus composiciones y nos proporciona algunos datos sobre su persona. Esta mención del nombre la justifica, aduciendo que su intención es lograr mediante las oraciones de oyentes y lectores el perdón de sus pecados y éste es también el motivo citado en ciertos pasajes donde alude a la  Virgen, "Nuestra Señora".
Sabemos además que nació hacia finales del siglo XII en el pueblo de Berceo, perteneciente a la diócesis de Calahorra, en la Rioja. Se educó en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla; monasterio de cierta relevancia en aquella época, al que estuvo ligado no se sabe exactamente si como sacerdote, simple monje o clérigo secular:
El título de maestro que se da en varias obras podría ser un título universitario, otorgado por la universidad de Palencia, donde se habría formado entre 1223 y 1236.
Frecuentemente se le ha calificado de poeta simple e ingenuo, que no aporta nada original, sino que repite lugares comunes de la tradición literaria y religiosa imperante en la época. Sin embargo, el estudio detallado de su obra nos revela un autor que maneja con maestría la nueva forma poética -la cuaderna vía-. La creación poética de Berceo es, sin embargo, de clara orientación popular. Berceo es un autor que divulga y explica, con clara intencionalidad catequística o propagandística. Berceo se aparta de los manuales de teología de la época -muy teóricos y difíciles de comprender para el pueblo llano- y nos presenta una teología básicamente existencial, de utilidad para el hombre medieval.
Gonzalo de Berceo debió de morir bastante mayor; diversas escrituras notariales mencionan que vivía aun en 1264. Pero a pesar de esto, poco más es lo que se conoce de su vida, que debió de transcurrir plácidamente entre gentes sencillas, entregada a sus deberes religiosos y a componer sus obras.
Todas las obras de Berceo son religiosas, escritas en cuaderna vía. Su obra, enmarcada dentro del mester de clerecía, se clasifica en tres grupos: vidas de santos ( Vida de San Millán , Vida de Santo Domingo de Silos , Poema Santa Oria , Martirio de San Lorenzo ); poemas marianos ( Loores de la Virgen , Duelo de la Virgen , Milagros de Nuestra Señora ); y poemas de otros temas religiosos ( De los signos que aparecerán antes del juicio final , Del sacrificio de la misa )
Atendiendo al contenido teológico de su obra, podemos diferenciar dos categorías principales:
§  obras de teología moral
§  obras de teología dogmática.
En sus obras hagiográficas, más que hablar de los vicios y virtudes en abstracto, divulga la vida de unos personajes que han seguido la senda de la virtud. Todas las obras presentan una estructura similar:
§  exordium , invocación a Dios.
§  captatio benevolentiæ , atracción de la audiencia
§  preparación del público à se narra una 'historia'
§  infancia y juventud: orígenes humildes en un medio pastoril
§  visita al preceptor espiritual
§  vida eremítica, como medio de buscar la virtud
§  la santidad es ratificada por los milagros en vida y, sobre todo, los realizados tras su muerte
En las obras dogmáticas refiere el conjunto de verdades que constituyen el 'credo religioso' sobre el que se fundamenta la piedad del individuo. La piedad que proyecta Berceo se centra principalmente en la Virgen, aunque tampoco olvida la figura de Cristo.
La piedad mariana en Berceo entronca con una corriente muy poderosa en la Edad Media (otros ejemplos serán Alfonso X el Sabio y Raimundo Lulio). María, madre de Jesús, tiene un acceso directo e inmediato a su hijo y por consiguiente actúa como intercesora entre el ser humano y Dios ; es la abogada que defiende a sus fieles, la que socorre a los hombres en sus momentos de necesidad. Su actitud materna la inclinan a ser benevolente con sus hijos y por ello defiende y aboga por sus fieles, que según la fe cristiana son hijos suyos, ante Jesús, su hijo divino.
Los Milagros de Nuestra Señora constituyen la más importante y extensa obra de Berceo, y se compone de veinticinco narraciones precedidas de una introducción alegórica. Se trata de otros tantos milagros que realiza la Virgen en favor de sus devotos para salvar su alma o protegerles de algún mal. Un ladrón devoto de la Virgen va a ser ahorcado, pero la Virgen coloca las manos entre el cuello y la soga y le salva de la muerte ; un monje se ahoga en un torrente al regresar de una aventura pecaminosa, pero la Virgen le resucita para que pueda hacer penitencia y salvar su alma ; un clérigo ignorante es acusado de no saber otra misa que la de la Virgen y se le retiran las licencias, pero acude en demanda de consejo a María, que se le aparece - indignada - al obispo y le ordena que permita al clérigo celebrar su misa como tenía por costumbre. Teófilo, especie de fausto medieval, vende su alma al diablo movido de la codicia, pero se a arrepiente luego y la Virgen rescata el documento de venta ; en un pleito de dinero el Niño Jesús, que la virgen sostiene en sus brazos, habla en defensa del acreedor que la había puesto como testigo de su préstamo. Un clérigo y un lego tratan de robar una iglesia, pero al intentar el clérigo despojar a la Virgen de su manto, se le quedan adheridas a él sus manos, que ya no le son posibles despegar, prodigio que le vale el perdón de la justicia - al ser luego apresado -, pues en él se reconoce la protección que la Virgen quería dispensar al pecador, etc.
Después de los Milagros , las vidas de santos representan lo más importante de su producción. También para la composición de estas obras se inspiró en modelos escritos : para la Vida de Santo Domingo de Silos en la historia latina del abad Grimaldo ; para la de San Millán en el original latino de san Braulio ; y para la de Santa Oria en el relato de Munio, confesor de la Santa.
Al limitarse a un solo personaje fundamental cada uno de estos libros, carecen de la movida variedad que caracteriza a los Milagros de Nuestra Señora , pero en cambio, se acentúa en ellos el rasgo realista, vivo y popular. El poeta se enfrenta ahora con modelos más próximos, moradores de su mismo monasterio, habitantes de los paisajes y los pueblos que le eran familiares.
En las vidas de San Millán y Santo Domingo de Silos, Berceo rinde su tributo de gratitud al monasterio en que se educó y vivió, cantando las glorias de la orden benedictina, los repetidos milagros de sus santos, sus vidas humildes y esforzadas
La Vida de Santa Oria , escrita por Berceo en su vejez, revela ya el cansancio del escritor, pero también al mismo tiempo se enfatiza en estas estrofas su religiosidad que en ocasiones se ilumina y caldea con cierto fervor místico. El poeta, inmerso de ternura y melancolía, parece desear - y ver aproximarse - la gloria celestial , llena de resplandores, en la que había situado el triunfo de sus santos.
Sin alcanzar en su conjunto la armonía poética de los Milagros de Nuestra Señora , tienen estas tres Vidas su misma graciosa sencillez de delicado retablo, primitivo, llenas de encanto, de agreste sentido popular y sabroso humorismo.

Las obras restantes están muy lejos de la importancia de las ya comentadas. Berceo carece todavía en estos libros - puesto que puede representar el aprendizaje del autor en el manejo de su "mester" - de la poética inspiración que daba acentos tan personales a sus otras páginas por encima de todos los modelos.

En nuestro recorrido histórico a través de la literatura llegamos al RENACIMIENTO, que es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Este nombre se utilizó porque el movimiento retomaba ciertos elementos de la cultura clásica. Esta nueva etapa planteaba una nueva forma de ver el mundo y el ser humano, sustituyendo el teocentrismo medieval por un cierto antropocentrismo. Este movimiento surge en Italia y más tarde influye y se desarrolla en España.

Con el reinado de los Reyes Católicos (1479-1516) se abre una etapa decisiva para la historia de España en la que ocurren, entre otros hechos: final de la Reconquista con la toma de Granada en 1492; descubrimiento de América ese mismo año y comienzo de la expansión atlántica de Castilla, que llevará a la creación de un vasto imperio colonial; unidad política de la nación con la anexión de Navarra en 1512. Comúnmente se acepta la fecha de 1492 como inicio de la influencia del renacimiento italiano en España.
Y comienza una máxima que va a repetirse siempre a lo largo de la historia, la “ley del péndulo” y sus consecuencias. Edad Media, Platónica, Renacimiento Aristotélico. Pasamos del teocentrismo al antropocentrismo, con la misma convicción de estar en lo cierto. Así es nuestra historia, hoy aquí y mañana en el extremo opuesto, sin grises,o blancos o negros pero nada de tibiezas.
Nos situamos ahora, por tanto en España siglo XVI, moviéndonos en dirección aristotélico en oposición con todo lo anterior. Los grandes pilares: el antropocentrismo y las normas y reglas estéticas de los clásicos. Surge un nuevo estamento, también para apoderarse de la cultura que ya no sólo está en manos de clérigos y noble: la burguesía.
Surge y se alimenta un profundo Humanismo en la actitud íntegra del hombre del Renacimiento que se caracteriza por el estudio e imitación de los textos grecolatinos y supone un interés por todo lo que el hombre ha realizado y puede realizar de grande, profundo y sobre todo hermoso.
 En la LÍRICA española destaca Garcilaso de la Vega. Poeta que pone de manifiesto su amor a Isabel Freire. Su obra está compuesta por sonetos, canciones, elegías, epístolas y coplas castellanas. Junto a Juan Boscán introduce el verso endecasílabo o SONETO.
Los temas preferidos por la poesía renacentista son, fundamentalmente, el amor, concebido desde el punto de vista platónico; la naturaleza, como algo idílico (bucolismo); la mitología, utilizada como tema central o como ornamento para un asunto amoroso y la belleza femenina, siguiendo siempre un mismo ideal clásico.
En relación con estos temas mencionados, existen varios tópicos renacentistas, tomados del mundo clásico algunos de ellos:
§  El Carpe Diem, cuya traducción sería "atrapa el día" o "aprovecha el momento". Con él se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la vejez.
§  La” Descriptio puellae”, descripción de la belleza ideal de la mujer.
§  El” Beatus Ille” o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a la vida de la ciudad, con sus peligros e intrigas.
§  El” Locus amoenus” o descripción de una naturaleza perfecta e idílica.
§  La “Aurea mediocritas”, gusto y satisfacción por lo sencillo, lo que se posee... frente al deseo desmesurado de riquezas.
Renacimiento impone una división entre lo natural y lo sobrenatural, frente a la Edad Media en que se mezclaban de una forma que Dios, la Virgen y los Santos intervenían en todo tipo de asuntos mundanos con apariciones y milagros. En esta nueva época, hay escritores mundanos, como Garcilaso de la Vega, y autores que únicamente expresan sentimientos religiosos, tanto en verso como en prosa. En el Renacimiento se desarrollan y manifiestan ampliamente estos sentimientos, fuertemente impulsados por la Contrarreforma, lucha contra la Reforma protestante, en la que se empeñaron la Iglesia y la Corona españolas.
La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre materias espirituales (como “Los nombres de Cristo”, de Fray Luis de León), o bien en poemas cargados de espiritualidad (San Juan de la Cruz). De ambas maneras se expresaron las principales vivencias religiosas de la época; la Ascética y la Mística.
§  La ascética trata de perfeccionar a las personas incitándolas al cumplimiento estricto de las obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Escritores importantes son fray Luis de León (1504-1588), San Juan de Ávila (1500-1569) y fray Juan de los Ángeles (1536 -1609).
§  La mística trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados experimentan en su propia alma al entrar en comunicación con Dios. La forma de expresión más cultivada es el verso, cuyo más grande representante es San Juan de la Cruz, mientras que Santa Teresa de Jesús es la más importante prosista.
En PROSA destaca la novela renacentista “El Lazarillo de Tormes”.


El Lazarillo, de autor anónimo, se publicó en 1554 y narra la vida de un muchacho, Lázaro de Tormes, desde su nacimiento hasta que se casa en Toledo con la criada de un arcipreste. Durante todo ese tiempo sirve a varios amos que le maltratan y apenas le dan de comer.
 Inaugura la novela picaresca y destaca dentro de la producción de la literatura del Siglo de Oro por su originalidad ya que representa una literatura basada en la realidad frente al idealismo o la religiosidad de la literatura de la época e inmediatamente anterior (libros de caballerías, novela sentimental, etc.)
En cuanto a la técnica empleada, se ha de destacar el hecho de articular los episodios a través del hilo conductor de la vida del pícaro.

 

 

El siglo XVI es un periodo de la mayor importancia para el teatro español, por cuanto supone un auténtico renacimiento artístico de aquél frente a los espectáculos rituales de la Edad Media.
A lo largo de ese tiempo, en efecto, el teatro se consolida como hecho literario y se organiza como espectáculo y actividad profesional. Los autores toman conciencia de dramaturgos, se configuran los principales géneros dramáticos (égloga, comedia, tragedia, auto) y se establecen las formas de puesta en escena del teatro moderno.
 Sus límites cronológicos van exactamente desde los años 1490, cuando comienza a representar Juan del Encina, iniciador del moderno teatro renacentista, a la década de 1580, cuando se va agotando la fórmula clasicista e irrumpe en los tablados la comedia nueva de Lope de Vega.
Llegamos así al BARROCO,(cambio en el movimiento pendular), movimiento platónico que se rige por la libertad absoluta, como contraste a las reglas aristotélicas del Renacimiento. Lo define una gran religiosidad y unos fuertes contrastes en su arte.
La retórica barroca puede sintetizarse en la coexistencia de dos corrientes: Conceptismo y Culteranismo( ambos tienen en común la complicación formal).El primero de ellos basa su forma en la polisemia, las paradojas, la antítesis…Francisco de Quevedo, por ejemplo, pertenece al Conceptismo. El Culteranismo, intensifica mediante la artificiosidad formal a través de la metáfora, la adjetivación, el hipérbaton forzado o los efectos rítmicos del lenguaje. Luis de Góngora es un ejemplo de esta corriente.
Durante el Barroco, autores como Lope de Vega, Tirso de Molina o Pedro Calderón de la Barca, alcanzan una sólida e importante posición gracias a los “Corrales de Comedia”, puntos de encuentro en los que se divertía la gente y se reunían independientemente de su clase social. Allí se veían cosas que hasta el momento no se habían visto, mujeres actuando con ropas muy ajustadas y enseñando más pierna de lo considerado hasta entonces normal.
No podemos dejar en el tintero a otro grande del barroco, D. Luis de Góngora , poeta y dramaturgo español, máximo exponente del culteranismo, también llamado “gongorismo”.
               
                        (www.elrincóncastellano.es)

Volvemos al clasicismo racionalista de nuevo, de la mano del NEOCLASICISMO. El neoclasicismo es un movimiento aristotélico en el que predomina la Razón. A lo largo del siglo XVIII eclosiona una nueva mentalidad que enlaza con la antropología renacentista y que en consecuencia viene a romper la cosmovisión del mundo Barroco. Este período ha recibido el nombre de «Ilustración». Dicho movimiento se cimienta, a grandes rasgos, en el espíritu crítico, que rompe abruptamente con el principio de autoridad, en el predominio de la razón y su fundamentación en la experiencia. Esta estructura del saber tiene como consecuencia que la filosofía y la ciencia sean las disciplinas más valoradas. Este período ha sido conocido en la

Historia de las Ideas como "Siglo de las Luces" o "Siglo de la razón". Su característica más relevante es la búsqueda de la felicidad humana a través de la cultura y el progreso. Las nuevas ideas asociadas al pensamiento ilustrado hicieron que el arte y la literatura se orientaran hacia un nuevo clasicismo (Neoclasicismo), del que se deriva el adjetivo "neoclásico". En literatura se busca la expresión moderada de las emociones, y emular normas y reglas clásicas (puestas de actualidad gracias a los descubrimientos arqueológicos de este período). Al mismo tiempo se valoró el equilibrio y la armonía como el principio estético dominante. Tradicionalmente se ha tendido a afirmar que contra tanta rigidez se reaccionó a finales de siglo, produciéndose una vuelta al mundo de los sentimientos, otorgándole el nombre de "Prerromanticismo”.
Como movimiento Aristotélico hay un retorno a los clásicos grecolatinos.
La literatura de esta época está dedicada fundamentalmente a formar al ciudadano.
Los géneros literarios neoclásicos más importantes son: el Ensayo que es un tipo de Prosa que expone el pensamiento del autor y refleja por tanto su intención de educar al pueblo. Los autores que cultivan el ensayo: Benito Jerónimo Feijoó, Gaspar Melchor de Jovellanos y José Cadalso.
Destacan las Fábulas como obras que ofrecen consejos y enseñanzas morales al lector en boca de animales. Autores de fábulas que destacan son Tomás de Iriarte con “El burro flautista” y Félix María de Samaniego con “La cigarra y la hormiga”.
Otro género en el que también se pretende enseñar al pueblo, esta vez a través del entretenimiento, es el Teatro. Destaca Leandro Fernández de Moratín.
Volvemos a cambiar de lado con la llegada del ROMANTICISMO. En España entra tarde (se inicia en Alemania en el siglo XVIII).
Este movimiento literario se inicia a principios del siglo XIX  y se caracteriza por una libertad en las reglas de composición y el estilo, esta es su principal diferencia con el Neoclasicismo.
En la Prosa destaca Mariano José de Larra (Madrid 1809-1837). Es considerado como el primer periodista español moderno de talla universal, fijador del artículo de fondo y hombre deseoso de reformar con su pluma los males de los españoles. Probó la mayor parte de los géneros literarios con desigual acierto. No destacó en la novela ni en el teatro, sin embargo se convirtió en el más popular de los escritores de la época gracias a sus artículos y ensayos. Entre sus artículos destacan: “Vuelva usted mañana”, “El mundo todo es máscaras”, “El castellano viejo”, ”Un reo de muerte”, “El calavera”, “El día de difuntos de 1836”. Satírico y audaz, utiliza un humor dolorido por su patria a la que ama apasionadamente sin encontrarle arreglo.
Destaca en Lírica,de hecho es considerado como el más inspirado de los poetas románticos españoles ya desde su muerte, José de Espronceda. Entre sus obras en lírica destacan: “El estudiante de Salamanca”, “El himno al Sol”, “La canción del Pirata”, “El mendigo”, “A una rosa”, “A una estrella”; son poesías de plenitud que ofrecen la nota exaltada y romántica propia del autor y que componen sus auténticos títulos de gloria. Pero su obra más inspirada y universal es “El diablo mundo”, un ambicioso poema inconcluso que recogería la historia de la humanidad. Aunque su prosa no es lo más destacado de su obra, también la trabaja, entre

 otras escribe “Sancho Saldaña”, novela histórica, y también es autor de una serie de artículos de prensa que le dieron la fama de costumbrista, imaginativo y pintoresco.
El sevillano Gustavo Adolfo Bécquer entra a formar parte de este recorrido romántico. Destacan sus “Leyendas” en las que desarrolla la fantasía y el aura mágica del misterio haciendo de ellas una atractiva lectura para grandes y chicos, a modo de cuentos mágicos para todos. Entre ellas se encuentran: “Maese Pérez, el organista”, “El rayo de Luna”, “El Miserere”, “La ajorca de oro” y “”El caudillo de las manos rojas” entre otras, pueden incluirse en una antología infantil. Bécquer pertenece a la última generación del ya por sí tardío romanticismo español. Sus obras completas se recopilaron e imprimieron en Madrid en 1871, que excepto su obra “Cartas desde mi celda”, recogen prácticamente todas bajo el nombre de “Rimas y Leyendas”. Las primeras recogen 76 poemas cortos de belleza excepcional; en ellas huye de la grandilocuencia a favor de un intimismo que surge de la profundidad del alma. De las Leyendas se han recopilado 25 y están llenas de una gran imaginación romántica( como ya he dicho anteriormente) en prosa y en poesía; la prosa más descriptiva y costumbrista.
Acabo mi paseo “romántico”, con José Zorrilla (1817-1893). Escribe largos romances narrativos que se han hecho muy populares. Se siente atraído por la Edad Media y por las tradicionales formas literarias; la lectura del “Romancero” le inspiró y entusiasmó.
Seguido en tiempo al Romanticismo aparece el REALISMO. Se produce una ruptura con el Romanticismo ( de nuevo la ley del péndulo). Se pretende reproducir del modo más exacto posible la realidad. El interés se  centra en la realidad, la sociedad del momento, en observar para posteriormente describir con mayor rigor y exactitud.
Destaca como figuras de la Novela, Benito Pérez Galdós, Clarín, Blasco Ibáñez, Pardo Bazán y Zola. Galdós es considerado como el escritor más representativo del movimiento. También destaca Leopoldo Alas Clarín, que gozó de gran prestigio como crítico literario; cultivó también el cuento y la novela breve, publicó más de setenta obritas de este género destacando “Adiós Cordera”(clásico idilio dramático). Su faceta novelista es reconocida principalmente por su obra “La Regenta”.
Sin duda la gran figura es Benito Pérez Galdós, creador de seres eternos, hechos símbolos; incomparable animador de multitudes e implacable crítico de la sociedad madrileña de su tiempo. Entre sus obras destacan: “Doña Perfecta”, “Gloria”, “Fortunata y Jacinta”, “La de Bringas”, “La familia de León Roch”, “Tormento”, “La loca de la casa”, “Marianela”, “Episodios Nacionales” (un verdadero retablo de la historia de todo un siglo en 46 novelas), “Nazarín” y “Misericordia”.
Y…llegan los “ISMOS”…Las diversas tendencias o escuelas artísticas que surgen a partir de la primera década de 1900. El Expresionismo que nace en Alemania y pretende reconstruir la realidad, expresar la angustia de la vida por las limitaciones sociales impuestas al hombre y relacionar la literatura con la plástica y con la música. El Cubismo, que es un movimiento artístico francés. Construyó una disposición gráfica de las palabras, sustituyó lo sentimental por el humor, asoció elementos imposibles de reunir y trabajó el desdoblamiento del autor. Futurismo que surgió en Milán con Filippo Tomaso Marinetti y rompió con todos los signos convencionales de puntuación, sintaxis y ritmo. En su lugar había que escribir signos matemáticos, musicales o imitación de sonidos. Exaltaba la belleza de las máquinas e industria. El Dadaismo fundado en Zurich por Tristán Tzara para oponerse al pasado violento de la guerra, sus poemas eran una sucesión de palabras y sonidos sin aparente lógico. Tiene, en general, un tono de rebeldía y destrucción. Ultraismo que es un movimiento español que reaccionó en contra del Modernismo. Propició el uso del verso libre y el desarrollo de la metáfora.  El Creacionismo con Vicente Huidobro fue su principal exponente. Afirmó que el poeta era como un pequeño Dios. El Surrealismo que surgió en Francia con André Bretón quien estudió el inconsciente del que había hablado Freud y lo plasmó en la escritura automática, que consistía precisamente en poner en el papel las ideas tal como se fueran presentando sin ninguna corrección; pretendió también crear un hombre nuevo y destruir todo rasgo sentimental. El Existencialismo, que surge más tarde, al término de la Segunda Guerra Mundial y centra su interés en la existencia humana, su razón de ser, el tiempo y su paso y la libertad del hombre…y otros muchos más ismos que no es posible abordar. Es esta la época VANGUARDISTA, en la que a grandes rasgos destacan figuras literarias como Rubén Darío; fue un poeta nicaragüense y es el máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es probablemente el poeta que ha tenido una mayor y duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado el príncipe de las letras castellanas. En su formación poética fue determinante la influencia francesa sobre todo de los románticos en especial de Víctor Hugo. Su estética la termina por definir su admiración por los simbolistas, muy concretamente por Paul Verlaine. Fue también un gran admirador de Bécquer.
El primer libro importante fue” Azul “(1888, segunda edición ampliada en 1890). Significa en su obra el momento de búsqueda, la influencia francesa de Víctor Hugo y los parnasianos, el preciosismo.
“Prosas profanas” (1896) es la culminación del Modernismo más exuberante y rotundo. Hay que destacar en este libro la sensualidad y el erotismo y el inicio de poemas sobre motivos españoles.
“Cantos de vida y esperanza” (1905) es su obra más importante. Aparece una ampliación temática, desde su propia intimidad a la comunicación con los demás. El tono se ha profundizado y, en muchos poemas, se aprecia una mayor sencillez de expresión. Hay que destacar una serie de impresionantes poemas en los que expresa su propia amargura, angustia y temor. La preocupación política, la defensa del mundo hispánico en contra de la colonización anglosajona, especialmente norteamericana, es otro aspecto digno de señalar.
El cantor musical de cisnes, princesas y fiestas galantes es, en este momento, el creador del estremecedor poema "Lo fatal".
Otros libros importantes son:” El canto errante” (1907) y” Poema de Otoño y otros poemas” (1910).
Destacan también otras figuras de vital importancia como son, Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez Y Valle-Inclán.
Después de la estancia en lo platónico volvemos de nuevo a Aristóteles con la llegada de la GENERACIÓN DEL 98, denominada como una “generación madura”. Está formado por un grupo de escritores que nacidos entre 1864 y 1875, tienen una formación intelectual más o menos semejante, un estilo con aspectos comunes que rompen con la literatura anterior, un acontecimiento que les aglutina: el desastre de 1868 y un guía espiritual reconocido por todos: Miguel de Unamuno.
Habrá que esperar hasta 1934, con la conferencia de Pedro Salinas sobre "El concepto de generación literaria aplicado a la del 98", para que se fije definitivamente esta manera de identificar a una generación que representó un fenómeno importante por cuestionarse la tarea intelectual frente a España y la política española, y plantearse el dilema de una literatura acorde con esas inquietudes. Muchos de sus representantes estaban ligados a la Institución Libre de Enseñanza, que dirigía Francisco Giner de los Ríos .
Sobresalen autores como  Joaquín Costa (1846-1911); Miguel de Unamuno (1864-1937), con obras como” En torno al casticismo” (1895),” Vida de Don Quijote y Sancho”(1905) y”Del sentimiento trágico de la vida” (1913); Ramiro de Maetzu , quien enumeraba los engaños que dominaban a España en el campo de la prensa, la política, la oligarquía y el caciquismo, la literatura y la ciencia, las supuestas glorias históricas, y, como otros jóvenes rebeldes de su tiempo , rechazaba la guerra colonial en todas sus manifestaciones; José Ortega y Gasset , que, en realidad, trascendió el marco de esta generación. Debe mencionarse también la obra de Azorín (“El alma castellana” (1900);”La ruta de don Quijote” (1905),  Pío Baroja (“ La raza”;” La lucha por la vida” , 1904). Hay pocos poetas, Antonio Machado como isla dentro de este movimiento; es un poeta simbolista, tan conceptual como Quevedo y se le incluye en la generación del 98 por sus inquietudes y preocupaciones sociales. Lo que no se correspondía con el movimiento era su forma pero sí el contenido.
De la generación del 98, con nuestro movimiento pendular caemos en la GENERACIÓN DEL 27 (movimiento platónico). La libertad de estilos y la preocupación existencial interior del autor se relacionan con su más profundo ego. Todos los autores sienten la necesidad de encontrar un lenguaje poético que exprese esos temas que les preocupan. Aún en la búsqueda de nuevas expresiones poéticas, no rompen con las formas populares ni el lenguaje poético. Una de sus metas es alcanzar la poesía pura, e intentar encontrar la belleza a través de la imagen. Autores destacados de esta generación son: Gerardo Diego, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Jorge Guillén.
Me parece una buena fuente de información, por gráfica y esquemática la página web www.roble.pntic.mec.es, además recoge un poema de cada autor que lo personifica de una manera más concreta.
Después de esta generación, nos adentramos en nuevo movimiento aristotélico, de un toque especial, en este caso histórico, marcado por el periodo de guerras. De ahí que se denomine a esta literatura de POSGUERRA. En Prosa destaca principalmente la novela social, comprometida con los conflictos sociales y políticos. De los años cuarenta destacan, como novela del exilio, “Crónica del alba” de Ramón J. Sender, de gran compromiso ideológico.
En España destacan obras como “La familia de Pascual Duarte”(1942) de Camilo José Cela. La obra tiene un argumento truculento, con escenas de violencia gratuita, narrada con un lenguaje que evoca el habla rural, pero al mismo tiempo muy cuidado. Es una novela singular, que, aunque situada en una época imprecisa, fue capaz de reflejar el ambiente de pesimismo existencial que vivía la España de posguerra; también destaca “Nada” (1945), de Carmen Laforet, con la que fue galardonada con el Premio Nadal en 1945. La obra se sitúa en la Barcelona de posguerra, y narra en primera persona las vivencias de la joven Andrea, que llega a la ciudad para estudiar en la Universidad. El ambiente sórdido y asfixiante de los familiares con los que convive se convierte en fuente de amargas decepciones. Está escrita con una prosa fresca, directa y espontánea.
La novela de los años 50 está cargada de un grandísimo realismo social, cargado de una fuerte crítica de la sociedad en la que se desenvuelve. Las obras destacadas son “Entre visillos”(1957) de Carmen Martín Gaite, “La Mina”(1960), de Armando López Salinas y “La Colmena” de Camilo José Cela.
“La Colmena” (1951), se edita en Buenos Aires porque en España estaba censurada. Con ella se inaugura el realismo social de los años 50. Está estructurada en seis capítulos y un epílogo. El autor intenta reflejar la realidad social española de la época, en especial el mundo de clase media baja, gentes mediocres en situaciones inestables, que tienen un futuro incierto y viven a salto de mata.
Con la llegada de los 60 se produce una renovación; las novelas de esta época son más abiertas, es decir, el lector debe estar más activo. Las obras más relevantes de este momento son: “Tiempo de silencio” (1962) de Luis Martín Santos. Su argumento es muy sencillo, se desarrolla en el Madrid de posguerra, donde Pedro es un médico que está investigando el cáncer y se ve envuelto en un aborto clandestino en una chabola.
“Cinco horas con Mario”(1966) de Miguel Delibes, la novela es un monólogo interior (por cierto, logradísimo) de Carmen, una mujer de clase media, que está velando el cadáver de su esposo. En esta noche se monólogo se refleja el contraste entre la España tradicional y progresista.
En la novela de los años 70 hasta hoy observamos una gran variedad e incluso una dispersión de tendencias. No se puede hablar de grupos homogéneos de novelistas sino de autores, de individualidades. En los temas predomina el retorno a la subjetividad, al ámbito de lo íntimo por encima del mundo exterior, de la sociedad. Destacan, entre otros, Gonzalo Torrente Ballester, Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalván, Juan José Millas y Antonio Muñoz Molina.
En Poesía destaca la “Generación del 36”; dentro de esta generación se empezó a utilizar la poesía social, que fue una de las semillas que hizo germinar el existencialismo.
En los años 50 la poesía es pura expresión intimista y amorosa. Como autores relevantes tenemos a Gabriel Celaya, Jaime Gil de Biedma y Blas de Otero (mi poeta favorito).
En el Teatro, en mi humilde opinión destaca el humorístico con Enrique Jardiel Poncela y Miguel Miura. El teatro social con Antonio Buero Vallejo y el poético con Alejandro Casona (este sí que es mi gran favorito).

1 comentario:

  1. Un amplísimo repaso que seguro que te ha recordado toda la historia de la literatura.
    Tengo que ponerte solo un Vale porque no has tenido en cuenta los movimientos pendulares (que son una novedad con respecto a como se estudia esta historia en el instituto y porqu eno has marcado los textos o autores que usarías en el aula y en qué ciclo.

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