martes, 26 de junio de 2012

Bloque I; teoría

LITERATURA INFANTIL; Análisis y Selección

¿QUÉ ES LA LITERATURA INFANTIL?
Se entiende por literatura infantil la literatura dirigida hacia el lector infantil, más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha considerado aptos para los más pequeños, pero que en origen se escribieron pensando en lectores adultos (por ejemplo Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro o Platero y yo). Podríamos definir entonces la literatura infantil, como aquella que también leen niños.
En otro sentido del término, menos habitual, comprende también las piezas literarias escritas por los propios niños.
En 1984, Juan Cervera considera que “en la literatura infantil se integran todas las manifestaciones y actividades que tienen como base la palabra con finalidad artística o lúdica que interesan al niño”
En 1985, Marisa Bortolusi, califica como literatura infantil “la obra artística destinada a un público infantil”.
Considero muy importante tener en cuenta el momento evolutivo del niño para el que vamos a escribir, creo que estos conocimientos son previos y necesarios para ponerse a escribir una buena literatura infantil.
No es posible hablar de una fecha exacta para el nacimiento de este género, algunos autores hablan del siglo XVII con el “Pentamerone” de Giovanni Batista Basile. Otros autores, como Juan Ricardo Neri, hablan del siglo XVIII, con la publicación del libro “El amigo de los niños” en Francia. Anne Pellowsky también fija como momento de nacimiento de la literatura infantil el siglo XVIII, por medio de John Newberry, que escribió un libro para niños que no se basaba en la tradición oral. Sin embargo, la inmensa mayoría de especialistas en el tema, consideran que es Charles Perrault, en el siglo XVII, con los “Cuentos de Mamá Oca”, con el que verdaderamente se inicia la literatura infantil.
Antes del XVII, ¿qué ocurría?, ¿o existía literatura infantil?, ¿podemos afirmarlo?, pues quizás no del todo. En la Edad Media, no existía el concepto de infancia como tal. Sin embargo si podemos hablar de los libros que más leían los niños en esa época; como por ejemplo, algunas de las fábulas de Esopo, que se supone que fue un escritor griego, del siglo VI a, de C. aunque no está probada su existencia como persona real.
Pero, en realidad, ¿Cuándo comienzan a publicarse libros destinados a los niños? En España concretamente destaca claramente Saturnino Calleja Fernández, (Burgos 1853-Madrid 1915), editor, pedagogo y escritor español, fundador de la editorial “Calleja”, autor de libros de educación primaria y de lecturas infantiles. Realizó dos importantes novedades en el mundo editorial de la época: (1) publicó grandes tiradas de los libros y cuentos  (con muy pequeño margen de beneficio, con lo que abarató mucho los precios) e ilustró profusamente todos ellos con dibujos de los mejores artistas, logrando así unos

cuentos atractivos y al alcance de los bolsillos de menor poder adquisitivo, acostumbrando a leer así a varias generaciones de niños.
La editorial Calleja publicó más de 3.000 títulos, no sólo de cuentos, sino también de Pedagogía, literatura clásica, diccionarios, atlas, libros de medicina, higiene, derecho…Aunque por lo que más se le conoce es por su colección de cuentos económicos, baratísimos, al alcance de todos los bolsillos infantiles, de ahí deriva la

expresión “¡tienes más cuento que Calleja!”. Los cuentecitos de Calleja fueron la lectura de todos los niños de las primeras décadas del siglo XX. Eran cuentos de letra pequeña, con ilustraciones en blanco y negro y con un contenido divertido; de lectura rápida y amena. Como otro dato curioso, es de invención suya el final de numerosos cuentos de habla hispana:….”y fueron felices y comieron perdices…”

Durante los años 60-70 en España, destacan entre otros, Elena Fortún con “Celia”, o “Antoñita la fantástica”, sin olvidar a Juan Cervera, reconocido investigador español de la literatura infantil.
Encarnación Aragoneses de Urquijo escogió el seudónimo literario de Elena Fortún(Madrid, 1886-1952), empezó a escribir para niños en 1928, en la revista”Blanco y Negro”, resucitando la sección de “Gente menuda”, utilizando desde este momento su seudónimo. El 24 de Junio, las historias de la niña madrileña Celia, que cuestionaba el mundo de los adultos, cuajaron entre los lectores infantiles de tal manera que la editorial Aguilar se interesó por la obra. Así vieron la luz títulos tan conocidos como “Celia en el colegio”, “Celia y sus amigos” o “Celia madrecita”.
Creó muchísimos personajes que se hicieron muy famosos, Celia, el más popular, pero también Cuchifitrín y Matonkiki, Mila, Roenueces, el Mago Pirulo, el profesor Bismuto, Lita y Lito y La Madrina. Elena Fortún comprendía como nadie hasta el momento la psicología infantil y se ganó la simpatía de los niños, que se podían identificar fácilmente con los personajes que ella creaba. Se pone a la altura de los chicos, parece incluso que entra en sus mentes e ilusiones y es capaz de llegar a ellos de una manera increíble.
Aunque no se comprometió ni afilió con ningún partido político ni organización de este estilo, si se consideró profundamente católica, y partidaria de la II República ya que pensaba que ésta acabaría con el analfabetismo y la desigualdad en la que se encontraba inmersa la mujer.
Destaca gratamente también Borita Casas con su personaje “Antoñita la fantástica”. Nace en Madrid en 1911, en una familia acomodada; al comienzo de la guerra civil cambia la situación económica de su familia y en el periodo de posguerra Borita se ve en la necesidad de buscar trabajo, es su primo el que le proporciona uno como locutora en Radio Madrid. Su personaje de “Antoñita la fantástica” cobró gran popularidad con unas emisiones en dicha radio en 1948 en el programa “Charlas de Antoñita y Don Antonio”.
Dos compañeros de Radio Madrid, que coprotagonizaban, con su papel de payasos, un programa para niños, animaron a Borita a crear un personaje infantil. Es así como surge Antoñita, la  niña que va a la radio con su chacha Nicerata para hablar con D.Antonio. La mezcla de realismo y fantasía facilitaban la identificación de los adolescentes con la protagonista y de algún modo servía para buscar una escapatoria a la cruda realidad del momento. Antoñita hablaba con las musarañas, viaja al país de Babia, acompaña a los


Reyes Magos en el reparto de juguetes…y Borita Casas comienza a buscar a las amigas de Antoñita a través de un imán mágico…Pronto el personaje  acaba en escenarios como el del Teatro Alcázar y Albéniz, alternando con los mejores cómicos del momento “Tip y Top” (Luís Sánchez Polack y Joaquín Portillo).
En 1947, Consuelo Gil Roesset, directora de las revistas juveniles “Chicos” y “Mis Chicas”, de una colección de novelas y de Gilsa, S. A. Ediciones se interesa por las peripecias de Antoñita. Tras un tiempo de colaboración en forma de historias semanales en la revista, se publica en Madrid el primer libro en 1948, con Mariano Zaragüeta. Posteriormente serán reimpresos en Argentina los siete primeros libros por la Editorial Rollán (1969-1973);  también en Argentina entre los años 1982 y 1984 se publican los doce volúmenes de la colección. Las últimas ediciones son españolas, la más cercana en 2008, en Ediciones Altaya, S.A. publica nuevamente los libros.
Este ciclo novelístico recorre la vida de Antoñita desde los siete años hasta los veinte aproximadamente. Una niña que nace en Madrid hacia los años 40. Es de clase media y nos cuenta sus aventuras en el Colegio, en la playa, en su casa, en la sierra…otros personajes que comparten su éxito son su chacha Nicerata, dócil y buena; la tía Carol, Pepito, su hermano, Isabel ,su hermana pequeña a la que llama Titerris, sus padres, su abuela, las monjas…Borita Casas escribe con gracia y alegría, con un estilo espontáneo que le sirve para destacar aspectos de la sociedad que no le gustan y algunos defectos de los adultos. Antoñita tuvo un éxito enorme, tanto que Borita decidió hacerla crecer con su público  permitir así que viviera al lado de sus lectores.

 Me parece muy importante traer a colación a Juan Cervera (1928-1996), profesor, escritor y director teatral español, Doctor en Filosofía y Letras, que dedicó gran parte de su vida al estudio de la literatura infantil, concretamente la literatura infantil en España. Su obra maestra es la “Teoría de la literatura infantil”(1991). D e profesor de Literatura en Bachillerato pasó a ser profesor de Lengua y Literatura españolas de 1971 a 1977 en la Escuela Universitaria La Salle, de Aravaca-Madrid, adscrita a la Universidad Autónoma. Para Cervera, la Literatura Infantil es una concepción globalizadora que aúna todas las actividades y manifestaciones cuyo vehículo expresivo es la palabra, y cuyo receptor es el niño; tratando todo esto, desde luego, de un modo artístico y

creativo. En sus obras podemos consultar cualquiera de nuestras inquietudes sobre la literatura infantil, sus teorías sobre la existencia como tal, los orígenes de la misma, el concepto y desarrollo cronológico…todo esto y mucho más podemos informarnos bib.cervantesvirtual.com.


Me parece un tema de tal alcance y tal interés para mí que no sabría donde parar, por ello me gustaría citar algunas pinceladas de literatura infantil que han sido significativas a lo largo de la historia. Antes de esto me parece muy importante hacer una pequeña alusión  al proceso formativo de la literatura infantil, ésta se ha desarrollado de tres formas distintas, dando lugar a tres tipos de literatura infantil.
-la literatura ganada o recuperada, que engloba todas aquellas producciones que no nacieron para los niños, pero que con el tiempo el niño se las apropió, ganó o se le destinaron, previa adaptación o sin ella. Aquí se incluyen todos los cuentos tradicionales, el sector folclórico de la literatura infantil, muchos de los romances y canciones…como por ejemplo los cuentos de Perrault o las adaptaciones de “Las mil y una noches”.

-la literatura creada para los niños, cuyos destinatarios específicos son ellos. Es la que en gran medida se ha producido, en forma de cuentos, novelas,poemas u obras de teatro. “las Aventuras de Pinocho” de Collodi, “La bruja Doña Paz”, de Antonio Robles, “Monigote pintado” de Joaquín González Estrada, o “El hombre de las cien manos” de Luís Mantilla. Esta literatura tiene en cuenta, según los cánones del momento, la condición del niño.
-la literatura instrumentalizada. Recogeríamos aquí la gran cantidad de libros que se producen ahora para Educación Infantil y Primaria. Se trata más bien de libros que de literatura. Nos referimos por ejemplo a los libros que aparecen en serie con un protagonista al que se le hace pasar por distintos escenarios el zoo, la playa, el circo, el mercado…u otros que se crean para afianzar la gramática u otras asignaturas. En todas estas obras predomina la intención didáctica sobre la literaria. La creatividad es mínima si no nula. No son literatura aunque lo parezcan.

Sería imposible abarcar toda la literatura infantil significativa a lo largo de la historia, pero sí es posible destacar algunos ejemplos de nuestro país( por acotar de alguna manera el tema).
-En los años 50: “Marcelino pan y vino”, de José María Sánchez Silva.
-En los años 60: la serie de “Oscar” de Carmen Kurtz.

-En los años 70: “Coleta” De Gloria Fuertes.
-En los años 80: “Munia”, de Asun Balzoa; el joven detective “Flánagan” de Andreu Martín.
-En los años 90: “Manolito Gafotas”, de  Elvira Lindo.

La literatura infantil desempeña un papel muy importante en el desarrollo del niño. Los cuentos contribuyen a formar la conciencia crítica de los niños. La representación del bien y del mal de una manera sencilla y constante, permite a los niños que ejerciten su juicio y aprendan a ser responsables. Cuando somos pequeños, los cuentos y narraciones alimentan los procesos mentales que forman nuestra conciencia. La literatura infantil proporciona muchos valores e intenciones de manera natural. Son los autores de los libros los que a veces sin querer transmiten sus propios valores a los pequeños lectores. El autor puede tener una intención, pero cada cuento llega a tener un significado diferente para cada niño. Cada niño entiende y asimila los mensajes de un cuento de acuerdo a sus propias situaciones y relaciones afectivas y de este modo influye en su personalidad de una manera concreta en cada niño.
La literatura infantil puede ser un buen medio para educar, de hecho, cuando un  niño  encuentra una historia que responde a alguna de sus necesidades íntimas, se aferra a él y pide insistentemente que se lo cuenten. En la actualidad la niñez crece en ámbitos no siempre seguros, familias desintegradas, difíciles situaciones que obligan a los padres a trabajar todo el día…Muchas veces los niños se ven angustiados cuando sienten la necesidad de ser queridos, preferidos y atendidos por sus padres, sus familiares o sus amigos. Los cuentos y las historias donde los protagonistas vencen dificultades en situaciones donde triunfa la bondad sobre la maldad, le dan al niño seguridad y le permiten diferenciar el bien del mal. En parte de esto deriva el éxito en la actualidad del joven huérfano aprendiz de mago Harry Poter. Las luchas del héroe son interiorizadas por el niño dejando una importante huella. Como dijo el escritor y psicólogo infantil Bruno Bettelheim en su Psicoanálisis de los cuentos de hadas:”el niño siente que el mundo funciona perfectamente y que se puede sentir seguro en él, únicamente si sabe que las personas malvadas encuentran siempre su castigo”.
Algunos críticos dirán que los cuentos tradicionales presentan el bien y el mal demasiado marcados y esto no se corresponde con la vida real. Sin embargo y sobre todo en una edad temprana es bueno presentar personajes totalmente opuestos porque les ayuda a comprender mejor la diferencia entre ambas posturas, y esto no sería posible si se presentaran como en la vida misma ya que la ambigüedad no entra dentro de sus cálculos mentales. Al respecto, Juan Cervera, nombrado anteriormente y de gran prestigio en este campo, indicó que el castigo que se da a las malas acciones en los cuentos, es necesario porque cuando se castiga el mal, se genera una fuente de seguridad para la conciencia del niño.



En conclusión, lo que hace verdaderamente libre y responsable a un niño es que él mismo se construya su propia conciencia ejercitando su juicio y decisión personal. Entre los muchos factores que moldean los procesos cognitivos y afectivos del niño, se encuentran los cuentos y las narraciones que forman parte del conjunto de la literatura infantil; y aunque ésta no es la única ni la más importante, tiene menos riesgos que las experiencias personales. La literatura infantil tiene enormes posibilidades y responsabilidades para moldear la personalidad, creatividad y criterio de los niños.
(extraído de el artículo de Juan Cervera , “La Literatura Infantil en la construcción de la conciencia del niño”) .

Me parece interesante ver cuáles son las características, desde el punto de vista de la evolución psicológica, de los lectores de literatura infantil, y qué tipo de lecturas son las más apropiadas para ellos.
Hasta los 4 años, el niño se interés por experiencias sensoriales (repetir sonidos, ver las imágenes de los cuentos, seguir un ritmo…).
Desde los 4 hasta los 6-7 años (periodo animista): el niño se va abriendo al mundo que le rodea, y para esta etapa la literatura infantil apropiada es aquella en la que los animales y los objetos son protagonistas con vida y carácter propios.
Desde los 6-7 años hasta los 9, el niño entra en el mundo de los seres fantásticos (brujas,gigantes,ogros…) dotados con poderes mágicos y capaces de modificar las leyes de la naturaleza; poco a poco, el mundo de la realidad y el de la fantasía van disociándose, hasta que el niño es capaz de diferenciarlos, sin que ello suponga la renuncia a lo fantástico.
Desde los 9 hasta los 12 años, se inicia una etapa de socialización. La literatura adecuada en esta etapa es la fantástico-realista. Sus motivos favoritos son los cuentos fantásticos, de aventuras, la vida de los animales, las ficciones legendarias e históricas, la biografía e historia de hechos destacados, las exploraciones por países y pueblos distintos, los juegos, los deportes, el humor, la fantasía, la poesía, los cuentos tradicionales, los experimentos científicos. En cuanto a su forma, estos libros necesitan argumento dinámico, equilibrio entre diálogos y acción, descripciones esenciales y rápidas. Nada puede quedar dudoso y al final todos los problemas deben quedar resueltos.
Desde los 12 hasta los 15 años es el período sentimental artístico; el niño tiene capacidad para apreciar el arte y la literatura. Le interesan los sentimientos. Respecto a la literatura le atraen la intriga, la aventura, el riesgo, el misterio, el mundo afectivo y sentimental. Las biografías de personajes ilustres llaman su atención por la valentía y entrega a una causa justa. También les llama mucho la atención la vida de culturas


Exóticas y tierras lejanas por lo que encierran de evasión. Los deportes y aventuras extraordinarias les gustan por la decisión y superación de riesgos. En esta etapa. La caracterización de los personajes debe ser exigente, las obras pueden ser más extensas y la acción más dinámica.
La existencia del mal en la literatura infantil es importante para un final feliz porque suele ir asociado:
-Con el triunfo del bien sobre el mal.
-Con el castigo de los malos.
-Con la recompensa de los buenos.
Sin un final feliz, el niño rechaza la historia, aunque el final feliz no llega sin esfuerzo.
El humor tiene un papel muy importante en la literatura infantil porque permite acercarse al niño y ganárselo, por eso está tan presente en dicha literatura, por ejemplo en los tebeos. También es un vehículo de comunicación que hacen más amenas las relaciones entre emisor y receptor.

A pesar de que es difícil abarcar el amplio mundo de la literatura infantil, me gustaría para acabar hablar un poco de los GÉNEROS LITERARIOS que incluye dicha literatura.
Si la concepción de los géneros literarios resulta compleja y difícil de precisar en la literatura general, más complicado resulta discernirlo en la literatura infantil.
Teniendo en cuenta el concepto de literatura infantil de Juan Cervera, que considera esencial la circunstancia de tener al niño como receptor, habrá que concluir que la relatividad de los géneros en la literatura infantil tiene que supeditarse a la relación con el niño.
Segú Petrini, destaca que en el siglo XVIII, alrededor del nacimiento de la literatura infantil, aparecen los motivos que luego se harán tradicionales: el cuento y la fábula, la narración de aventuras, la novela de costumbres y la novela moral.
Arturo Medina descarta aplicar los géneros tradicionales a la literatura infantil porque considera que sus parámetros no sirven.
Por todo esto, conviene optar por una clasificación mínima, que TAMÉS, cifra en narrativa, poesía y teatro.



 El Género narrativo comprende las obras narradas o contadas en prosa. La división más clásica recoge el cuento y la novela. También podemos incluir las fábulas y las leyendas. Aunque según Tamés, la narrativa ha de incluir el cuento y la novela para niños.
El cuento es la narración de algo acontecido o imaginado, desarrollada mediante la expresión oral y escrita.
                                      “Yo no sé muchas cosas, es verdad.
                                       Digo, tan sólo lo que he visto.
                                      Y he visto:
                                     Que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
                                    Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
                                   Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…

                                Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
                              Y que el miedo del hombre…
                            Ha inventado todos los cuentos.
                           Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
                          Pero me han dormido con todos los cuentos…
                        Y sé todos los cuentos.

                                                                         León Felipe.
El cuento aparece en todas las civilizaciones porque es una forma de expresión que responde a todas las necesidades del ser humano. Una de sus características es que su duración no es excesiva. Son una antiquísima forma de literatura popular de transmisión oral que continúa viva en la sociedad.
El primer relato pensado para niños se sitúa en la época de la Ilustración, siglo XVIII. Las narraciones de Charles Perrault (1628-1703) agrupó bajo el título Cuentos de mi madre la oca (1697) habían sido escritas para divertir y entretener a los cortesanos, más


tarde fueron adaptadas a un estilo didáctico apropiado para el público infantil; entre estas narraciones destacan cuentos como Caperucita o Cenicienta. Del siglo XVIII son también las fábulas de Félix María Samaniego (1745-1801), las de Tomás de Iriarte (1750-1791) y las de Jean de La Fontaine (1621-1695) y Wilhelm (1786-1859) Grima, quienes buscaron en las narraciones orales de raíces populares una gran cantidad de relatos, que recopilaban después en sus Cuentos para niños, obra publicada en 1812. Uno de los autores más importantes de cuentos es el danés Hans Christian Andersen (1805-1815). En España hay que destacar a principios del siglo XX la editorial Calleja, que se dedicó a la publicación de multitud de cuentos, de ahí el refrán “tienes más cuento que calleja”.
Podríamos clasificar los cuentos del siguiente modo:
A: Cuentos fantásticos, maravillosos o cuentos de hadas: En forma de alegoría, con personajes sobrenaturales, ogros, hadas, brujas, duendes, o personajes reales con poderes mágicos u objetos mágicos. Se desarrollan en lugares inexistentes o lejanos y en tiempos remotos. Los cuentos fantásticos y sobre todo los de las hadas, describen situaciones y problemas humanos universales, son auto representaciones del alma humana. Expresan de manera extremadamente directa y sencilla los procesos psíquicos del inconsciente colectivo; suelen tener un lenguaje simbólico. Intervienen aspectos mágicos o sobrenaturales y lo imposible se ve con naturalidad. Pueden tener su origen en mitos o culturas antiguas. Temas recurrentes en este tipo de cuentos son las influencias o poder de la madre sobre la hija, representada en forma de madrastra o bruja, la salvación de lo masculino con ayuda de lo femenino, la indefensión de los menores ante los malos tratos de los adultos…el mal y la bondad están siempre omnipresentes. Las hadas, en algunos relatos no suelen estar totalmente descritas, pero donde se las describe, aparecen como mujeres estilizadas de gran belleza, y vestidas lujosamente, de juventud eterna y dotada de poderes mágicos. Los genios son  compañeros de las hadas, siendo de la misma categoría pero del sexo masculino. Se presentan para colaborar sobre todo en temas amorosos, pero también pueden ser hostiles y engañar. El ogro, se refiere a la divinidad de la muerte y del infierno, el ogro suele tener cuerpo físico, es bastante salvaje y está dotado de una gran fortaleza, pero de escasa inteligencia y muy comilón. Suele vivir en cuevas o lugares de difícil acceso, y tiene apariencia de animal, hombre o mezcla. La bruja aparece con forma de mujer y anciana. El mago es un caballero noble que normalmente cumple una función de vigilancia y protección de la sociedad en la que vive, pudiendo intervenir cuando es necesario. No siempre es bueno. El héroe es un ser humano que tiene una misión que cumplir consigo mismo y con los demás. Reyes, reinas, campesinos y leñadores, reproducen la antigua sociedad feudal. Los bosques representan los temores y secretos. El árbol es un elemento que suele aparecer y representa un ser beneficioso, que ofrece


alimento y cobijo. Aparecen también animales que suelen ser inanimados y objetos diversos que colaboran con ellos.
B:Cuentos de costumbres: Son festivos, de repetición y acumulativos. Son humorísticos y exageran los defectos y la ingenuidad de sus protagonistas. Los personajes pueden ser animales o humanos; por ejemplo, “El traje nuevo del emperador”.
C:Cuentos de situaciones cotidianas o relatos de historia natural: Este tipo de cuentos ayudan al niño a identificarse de forma directa con el protagonista, por ejemplo,” Las tres mellizas”.
D:Cuentos populares: Son los más conocidos, los que todo el mundo conoce porque suelen ser de transmisión oral y forman parte de la tradición cultural de una comunidad; la mayoría son anónimos. Son la mayoría de los recogidos por los hermanos Grimm: Blancanieves, Hansel y Gretel…
E: Cuentos de animales o Fábulas: Los protagonistas suelen ser animales que actúan como personas. Cada animal suele representar un comportamiento; el zorro la astucia, el ratón la sencillez, la oveja la sumisión, el león el poder…Tienen intención moralizadora y acaban con una moraleja.
F:Cuentos míticos : Tienen su raíz en mitos lejanos que explican hechos misteriosos. Se suelen basar en hazañas de personajes determinados elevados a la categoría de héroes, que resuelven sorprendentemente situaciones imposibles; por ejemplo, “El país de Nunca Jamás”.
La Novela ,dentro del género narrativo, es un relato más extenso. Se han escrito y se escriben muchos libros para niños con extensión superior a la del cuento y con estructuras más cercanas a la novela que al cuento. La novela infantil es la gran olvidada. Se insiste mucho en los cuentos, cuando en realidad el niño, a partir de los nueve años e incluso antes, lo que más lee no es cuento sino novela. La mayor extensión de la novela frente al cuento tiene grandes ventajas, consigue ocupar más al lector serenando así al niño frente al ritmo nervioso de la información acelerada y la acumulación de sensaciones que le proporcionan los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. La rapidez  y continua lluvia y amontonamiento de información impide a menudo la maduración del niño. La lectura personal y silenciosa adquiere una función reguladora cada vez más determinante. La novela para niños persigue el enriquecimiento por medio del contacto con nuevas experiencias distintas a las que le proporciona la instrucción, por eso se dirige más a la sensibilidad del niño que a su inteligencia. Las narraciones realistas y sentimentales del s. XVIII-XIX, de la mano de Dickens, con su obra “Oliver Twist” y Alcott, con “Mujercitas”, me parecen importantes obras representativas de la novela infantil.

El Género lírico expresa los sentimientos, emociones, gustos personales, imaginaciones y pensamientos del autor; es la manifestación de su mundo interno; es más subjetivo y personal. Generalmente su forma de expresión es el verso, sin embargo también las hay en prosa. Según Stith Thompson, podemos hacer la siguiente clasificación:
-Nanas o canciones de cuna: Es un género de madres, tías, abuelas y nodrizas que ejercen, de modo especial, el emotivo papel de” arrulladoras”; Las nanas son canciones populares, de transmisión oral. Son, prácticamente, las primeras palabras que se le dicen al niño pequeño.
-Adivinanzas: Es un tipo de poesía lírica popular, que se ha transmitido oralmente y que los niños han hecho suyo, practicándolo, conservándolo, retocándolo, enriqueciéndolo y transmitiéndolo; están cargadas de gracia e ingenio.
-Juegos mímicos: Son un tipo de tonadas que el adulto cuenta o canta al niño muy pequeño, ejecutando con él, o junto a él, una acción o un juego, cuyo componente lúdico es esencial, aunque, a menudo, también va implícito un deseo de que el niño vaya aprendiendo una serie de movimientos o gestos elementales.
-Canciones escenificadas: Son composiciones que van, necesariamente, acompañadas de una mínima acción, que, en unos casos, se representa.
-Oraciones: Canciones religiosas, que sirven a su vez para rezar. Se aprenden y se practican en la edad infantil y se transmiten oralmente de generación en generación.
-Fórmulas para echar a suerte: Muchos juegos infantiles necesitan “sortear” previamente quién se queda o quién se libra. Para ello, desde hace muchos años, se han usado múltiples y variadas formas.
-Burlas: Tiene como fin la manifestación de una mofa provocada por una actitud, un hecho, un defecto físico, incluso un descuido o error, del receptor que es quien, además sufre la burla.
-Trabalenguas: Es un tipo de juego basado en la complicación sonora de las expresiones sobre las que se construye la tonada.
     
         (Biblioteca Cervantes Virtual)

El Género Dramático pertenecen a este género los textos teatrales, obras que se escriben para ser representadas ante el público. Algunas de las características que este género deberá tener si lo queremos denominar infantil, serán:
-Sencillez: los niños deben interiorizar los sentimientos y emociones, por lo que éstos deberán ser excesivamente complejos.
-Claridad: si no las expresiones serán entendidas por las pequeñas.
-Brevedad: si no los niños se cansan y dejan de prestar atención.
-Interés: la temática siempre debe desarrollarse de una manera muy cercana a su vida.
-Lenguaje: correcto, claro, preciso y comprensible, acorde con su edad.
-Acción: debe tener una secuencia lógica y estar relacionada con la idea central.

                  (www.revistaeducativa.es)

Para concluir, me gustaría hablar de la estimulación a la lectura y la importancia que tenemos en este tema los maestros.
Creo que los maestros debemos intentar estimular a nuestros alumnos y fomentar en ellos un hábito lector. Si de pequeños son unos buenos lectores de mayores tendrán cogido uno de los mejores hábitos que el hombre puede tener.
Para ayudar a los niños a ser unos buenos lectores, primero lo tenemos que ser nosotros. Es esto lo primero que un maestro tiene que hacer para estimular a sus alumnos a leer, ser él un buen y gran lector.
Es muy importante conocer a nuestros alumnos, entusiasmarnos con ellos, con las cosas que les gustan para poder recomendarles una u otras lecturas, para ello previamente tenemos que estar muy informados nosotros antes, mejor dicho formados en la lectura para esa edad y leerlo antes de recomendarlo. Cuanto más y mejor formados estemos más y mejor formaremos.

1 comentario:

  1. Muy bien. Solo hay un fallito: incluir aquí cosas que estarían mejor en el bloque II.

    Faltan bibliografía y enlaces de interés.

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